La fiesta de san Isidro pone en danza a los diversos grupos que se mueven en torno a INEA. Los alumnos de Ingeniería que organizan sus celebraciones (huevos fritos, capeas, etc) los hortelanos que celebramos la misa y procesión un festival y un vino español con baile… y tambie´n este año los alumnni que celebran las bodas de plata que el sábado van a celebrarlo en INEA por tofo lo alto.
También en un día como hoy, los medios de communicación miran al campo y en concreto El Español. Así ha publicado hoy un reportaje con algunos testimonios que hortelanos-as que cuentan que es para ellos esta experiencia vital y profunda de tener un huerto.Lo reproducimos.

Publicado por Aida Lorente 15 de Mayo de 2025
Feliciano y Ángela, usuarios de un huerto para jubilados en Valladolid: «Nos ha cambiado la vida, es como ir a terapia»
«La gente está muy equivocada, piensan que el huerto es un pasatiempo, pero no, es una manera de sentir, y de vivir», señala el hortelano más antiguo de los cultivos de Inea, a El Español – Noticias de CyL.
Cuando los años pasan, las personas desaparecen, las casas que vieron por primera vez crecer a una familia se convierten en meras espectadoras de otras vidas, los teléfonos ya no suenan tanto, y las manos ya no solo sostienen anillos sino también el peso de las marcas que marcan la edad, solo queda una cosa. El amor. Aquel que no necesita fachadas, ni apariencias, ni siquiera maquillajes o cremas que disimulen el paso de los años.
Queda aquello que surge de la raíz, del centro de la tierra, de lo innato. De lo realmente real. De, ni más ni menos, las ganas de compartir la vejez. Y eso es justo lo que pueden hacer Feliciano y Ángela, de 83 y 78 años, que además de formar una familia, pueden disfrutar sus años juntos viendo crecer su huerto. Un huerto ubicado en Valladolid que no solo les da alimento, también les proporciona una «terapia» única que utilizan para despreocuparse y salir de la rutina. «Nos ha cambiado la vida», señalan.
Feliciano mira a Ángela y le coloca el sombrero mientras responde ilusionado durante una entrevista con El Español – Noticias de Castilla y León. Ambos van cada semana al huerto desde que se jubilaron: «Llevamos más de 19 años viniendo aquí a cuidar nuestras tierras».
«Aquí te olvi
Sobre qué tienen plantado señala que tienen de «todo«. Desde patatas hasta alubias, cebollas, tomates, y más adelante tendrán pimientos y calabacines. El matrimonio, que lleva más de 53 años en Valladolid, es originario de Salamanca y tal y como aseguran, aunque en la ciudad del Pisuerga «están muy bien», también señalan que la tierra siempre tira.
Feliciano y Ángela en su huerto de Valladolid
Hortelano con más experiencia
Jesús Molinero, de 86 años, uno de los hortelanos más mayores que acuden cada día al huerto ubicado en el Camino Viejo de Samancas, km 4 de Valladolid, señala que no es un pasatiempo, es un «estilo de vida». «Aquí no venimos a pasar el rato, venimos por salud, y a disfrutar del campo», indica durante una entrevista.
Molinero, que ejerció como médico interno en el Hospital Clínico de Valladolid, dedica, desde que se jubiló hace 21 años, sus mañanas para cuidar de su huerto y observar cómo crecen sus cultivos. «Aquí se hacen buenas amistades, todos nos conocemos», indica.
«Que quede clara una cosa, 
Jesús señala sus tierras en el huerto de Valladolid
Sobre la calidad de los productos y el uso que hace de ellos señala que con sus alimentos da de comer a toda su familia, y que se nota la diferencia. «Cada uno de los alimentos es sinónimo de salud, aquí no hay químicos, solo la tierra», indica, mientras señala cómo tiene plantados sus productos.
En los huertos, de Inea (Ingeniería Agrícola y Agroambiental) en colaboración con el Ayuntamiento de Valladolid, se respira un ambiente tranquilo donde la mayor preocupación es si crecen o no los cultivos. Donde hablar con el ‘vecino’ es algo habitual y donde todos los usuarios que acuden se conocen.
Virgilio, uno de los usuarios de los huertos de Valladolid

Inea y el Ayuntamiento de Valladolid
Corría el año 2005 cuando comenzaron a levantarse las primeras hectáreas donde más tarde se albergarían decenas de huertos para personas mayores de 65 años de la provincia de Valladolid. El objetivo: demostrar que después de la jubilación hay vida.
Consolidados como una de las iniciativas sociales más destacadas para personas mayores de la ciudad, el proyecto está gestionado por la Fundación Inea en colaboración con el Ayuntamiento de Valladolid.
Virgilio labrando sus tierras
Ubicadas en una finca d
Aunque el destino principal de los productos cultivados es el autoconsumo, el excedente se reparte entre familiares, vecinos o incluso se dona, y así lo asegura Samuel López, técnico de Inea, durante una entrevista con El Español – Noticias de CyL.
Tal y como asegura, tres parcelas están dedicadas exclusivamente a producir alimentos para el banco de alimentos, y se recogen también aportaciones voluntarias del resto de hortelanos. Cada año, se donan cerca de una tonelada de alimentos, lo que refleja el alcance social y solidario del proyecto.










